MI
PEQUEÑO CASTILLO
Recuerdo
que hace un mes, sin ninguna explicación, mis padres me dijeron que
íbamos a mudarnos. «Ellos
no piensan en mí, en mis amigos, en lo que quiero o en lo que
necesito», pensé. Días
más tarde, me explicaron. La empresa en la que trabajaba mi papá
había quebrado, ahora se estaban planteando crear una, pero el lugar
no podía ser en el país, así que teníamos que mudarnos, a otro
lugar, a otro sitio, a otro país, a otra cultura.
Solo
pensé todo lo que eso significaba, mis amigos, mis aficiones, iba a
cambiar todo irremediablemente. Mis compinches quedarían en lo que
consideraba mi hogar y, allá en ese otro lugar, me sentiría sola,
necesitada. Temía que todo eso pasara.
Cuando
llegamos y vi esa casona vieja, gigantesca, recuerdo lo primero que
pensé fue “la casa del terror”. Me habían traído a vivir a la
casa del terror, era increíble. ¿De verdad estaban considerando
dejarme aquí encerrada? Estábamos lejísimos de la civilización,
pura mata, más nada. Esto era una soledad absoluta. «Terrible»,
pensaba.
Ahora,
a un mes de la mudanza, no puedo imaginar vivir en otro lugar mejor.
Ver los amaneceres, la puesta de sol, a ese chico genial tocando mi
puerta. Los amigos que aquí he ido encontrando son verdaderos,
tiernos, protectores. Y ¿saben? Estoy completamente segura que este,
mi pequeño castillo, está encantado.
Cuando
Yerson, mi novio se acerca, habla de una manera extraña, una que me
encanta. Sé que son palabras de amor, porque las siento. En tan poco
tiempo ha logrado conquistarme sin remedio. Al principio le temía,
era tan raro. Ahora no puedo estar sin él.
En
las noches, cuando subo a la torre, escucho risas, respiraciones,
hasta pasos, pero mis padres no me creen. ¿Asustada? No, para nada.
Hasta creo que uno de los fantasmas se ha vuelto mi amigo, en las
mañanas siempre me corre las cortinas para que me levante, por lo
que le tiro un zapato. Hasta los domingos, es molesto. Lo escucho
reírse, no pudiendo hacer otra cosa, hago lo mismo.
Sí,
en definitiva, ha sido una de las experiencias más geniales que he
vivido. Venir hasta este pequeño castillo me ha cambiado la vida.
Yerson siempre pendiente de mí, con sus rarezas, con su intensidad y
su magia. No me veo en otro lugar que no sea este. Mi deseo se ha
cumplido. Quería aventuras, esta es una de las más grandes.
Derechos Reservados
Dayana Rosas
Dayana, siempre dulce, hasta cuando quiere ser terrible (Le gusta intentarlo). Romántica cuando escribe (Hablamos de literatura) Hermosa como amiga (Esto no es cuento)
ResponderBorrarPasé por tu blog y te dejé un beso.
Muchísimas gracias. Una gran alegría tus palabras. Abrazos.
Borrar