UNA TARDE CON ABUELITO

10 comments

UNA TARDE CON ABUELITO





Recuerdo ese día como si fuera ayer. Estábamos en casa de los abuelos. Abuelita siempre tenía un carácter fuerte con todos, aunque con nosotras era más suave; lo más normal era que ella estuviera en la cocina haciendo algo, cocinaba muy sabroso. En cambio, abuelito siempre estaba trabajando o haciendo cosas en el frente, no había manera de que no encontrara algo que hacer.

Le gustaba estar al aire libre, en el jardín, cuidándolo, sentado viendo pasar a las personas. Si abuela era fuerte, abuelito lo era mucho más, de una forma más educada. Siempre tenía una cara seria, y si hacías las cosas mal, te llevabas un regañón. Pero cuando nosotras dos llegábamos, él cambiaba la cara. Su ojo azul y su ojo verde se llenaban de risas y de esperanza.

―Les tengo una sorpresa, mis niñas ―nos dijo.

―Sí, sí, abuelito. ¿Qué es? ―preguntó mi hermana menor.

Se adentró al jardín y, luego, volvió con las manos detrás de sí. Nosotras estábamos emocionadas, queríamos saber qué era. Abuelito siempre nos consentía. Lo queríamos mucho, nos enseñaba mucho cada vez que íbamos.

―Sé que les va a encantar. ―Nos sonreía como solo él sabía―. A ver, cierren los ojitos y muestren las manitos.

Nosotras lo hicimos con gusto. Sentimos algo duro en las manos y no nos aguantamos. Abrimos rápidamente los ojos y allí estaban, lo que le habíamos pedido hace unos días. Dos escobas pequeñas para ayudarlo a limpiar el frente, además de dos recoge hojas pequeños. No cabíamos en nosotras. Por fin íbamos a poder ayudarlo a limpiar. Mi hermana y yo nos miramos y comenzamos a reír. De una vez empezamos a utilizarlas, mientras abuelito reía y nos seguía hablando.

―No se olviden, chiquitas. La naturaleza es importante. Tienen que cuidarla.

―Sí, abuelito ―dijimos las dos a la vez.

Aquel día nos divertimos mucho limpiando, recogiendo hojas y escuchando los cuentos de abuelo. Nos miraba, nos hacía cosquillas mientras nos amaba como nadie. Más tarde dormimos en su pecho las dos, sentados en la mecedora.

Hoy lo extraño, lo amo y nunca lo olvido. Era nuestro confidente. Nos enseñaba de una manera hermosa. Besos, abuelito. Siempre te amaremos.

 DERECHOS RESERVADOS
Imagen - Pixabay - geralt
Autora Dayana Rosas S. G.



10 comentarios

  1. Buena iniciativa, suerte con tu blog. Besos.

    ResponderBorrar
  2. Hermoso bloog !!!..Felicitaciones Daya !

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Graciaaaasss mi Juan. Como me pediste, ya borre el otro comentario. Un abrazote fuerte.

      Borrar
  3. Gracias amiga mía...La verdad me gusta mucho esta historia. Es emotiva y con muchas imagenes muy visibles...

    ResponderBorrar
  4. Bonita historia, todos deberíamos de tener un abuelo así.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Pues siiiiiiiiiiiiiiii. Es algo que comparto con el personaje. Ambas tuvimos un abuelo así. Gracias por leer y por comentar.

      Borrar