SU
RESPLANDOR
Aterrada,
me siento aterrada. Me trae a casa un absoluto desconocido. Mi súper
torpeza hizo que lo conociera. De película pareció. La típica
despistada, yo; el típico galán, él. ¡Hasta bien vestido está!
Camisa y pantalón, elegantísimo. Como siempre, atareada con los
montones de encomienda de mi amigota, no me di cuenta del hueco y . .
. ¡Zas! Caigo de rollete en el piso y, para más colmo, lo tropiezo,
haciendo que también caiga al suelo.
Como
era de esperarse, mis disculpas vuelan hacia él, mientras que de él
solo brota una sonrisa. Esa sonrisa, con esos ojos azules, me
descomponen. Me ayuda a recoger lo que se me ha caído, toca mi pelo
mientras lo coloca de una mejor manera. Mi timidez aumenta y él lo
sabe. Mira mi cuerpo de arriba a abajo y se percata de un raspón.
Insiste en acompañarme a mi casa y, ¿saben qué?, no pude decir que
no. Solo asentí como la tonta que soy. Una cuadra más y
llegaríamos.
Cuando
estamos frente a mi casa y abro la puerta, la sorpresa . . . Agua por
toda la sala y la cocina. La bomba se ha dañado y el agua ha
inundado la casa.
―La
pu . . . madre . . ―es lo que sale de mi
boca.
Sus
carcajadas son divinas y me las contagia. Me mira tierno, como si
fuera lo más bello que ha visto. Extiende su mano y toma la mía.
―Me
llamo Marcelo, señorita despistada.
―¡Ay,
lo siento! Caro. Discúlpame. Gracias por traerme. Debo entrar.
Pero
Marcelo no se mueve ni un ápice. De pronto, agarra mi brazo y entra
a la casa conmigo a rastra. Se mueve rápidamente y me deja como boba
en la puerta principal, ya cerrada. Hace preguntas y empieza a
limpiar todo. Entro en razón y voy con él.
Risas,
agua, vino, magia. De eso se llena la casa con Marcelo. ¿Soy lo que
él quiere que sea o lo que necesita? No lo sé. Pero mientras lo
descubro, dejaré que me llene de ese resplandor que posee.
PD:Este texto fue creado para un amigo muy especial en el día de su cumpleaños, por lo que es muy preciado para mí. Por siempre tu texto, Marcelo Sánchez.
PD:Este texto fue creado para un amigo muy especial en el día de su cumpleaños, por lo que es muy preciado para mí. Por siempre tu texto, Marcelo Sánchez.
Derechos Reservados
Dayana Rosas
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