DEMASIADO TARDE

No Comments


DEMASIADO TARDE



No lo pude evitar. No pude. Le imploré mil veces que no lo hiciera, pero no valió de nada. El hechizo cayó en mí como un rayó y me transformó.

Mi cuerpo desapareció.  Sólo era máscara y manos. La desesperación de saberme inútil, incompleto, acabó conmigo. Lágrimas brotaron de esos espacios vacíos, eran sangre, la más roja que hubiese visto. Rodaron hasta mis manos y las tiñeron de color.

Una voz me decía: vacío te sientes, vacío estarás.  No, no, no quería que fuese así.  Lucharía. Pero, ¿luchar para qué? ¿No era demasiado tarde?

Derechos Resevados
Imagen Pixabay de succo
Autora Dayana Rosas

0 comentarios

Publicar un comentario