EL BOSQUE DE LA PEREGRINACIÓN
EL
CAMINO DE KATYA
Un
mes completo recorrimos el bosque en
toda su extensión:
árboles, lagos, lagunas, por las partes más oscuras e inverosímiles
del lugar; pero no encontramos
absolutamente nada. ¿Qué buscábamos? No lo sabíamos, de lo que sí
estábamos seguras era de que no lo habíamos hallado todavía.
Cansadas
ya del camino de ese día, nos dispusimos a buscar un lugar cómodo
cerca de la laguna que teníamos enfrente, por la que ya habíamos
pasado como unas trece veces. Tanteando, buscando en la oscuridad el
mismo sitio en el que descansáramos
tiempo atrás, vi como Katya seguía otro camino diferente, sin
esperarme o frenar.
―Kat,
¿a dónde vas? ―la
llamé.
Pero
no me contestó. Traté de seguirle el paso y alcanzarla, pero me
costó. Fijé bien la mirada en la maleza y el suelo, observando cada
obstáculo que me alejaba de ella. Como pude los atravesé, llegando
lado a lado de mi amiga incondicional. Cuando la detuve, miré a directo sus
ojos. Quedé estupefacta, eran blancos como las nubes. Noté que
estaba en un estado de trance, muy profundo e intenso. Muchas veces
la había visto en trance, pero jamás de esta manera.
De
ipso facto, la dejé libre. Siguió su camino directo al agua. Con
este frío, meterse allí solo significaba pasar una muy mala noche.
Fui tras ella, en dirección al lago. De pronto, ella observa algo en la profundidad,
se sumerge en el agua, dejándome completamente preocupada.
Empieza a salir una luz blanca del fondo del lago. Grito una y otra vez el
nombre de mi amiga, pero no aparece. Cuando tomo mi decisión para
bajar también e ir en su búsqueda, Katya se deja ver, poco a
poco, como en cámara lenta: sus cabellos dorados, más intensos, más largo, brillando; luego su rostro, demarcado por un hermosa tiara, la que no tuviera
antes. Su piel más tersa, blanca.
Literalmente, toda ella brilla como la estrella más bella de la noche. Cuando todo su cuerpo yace fuera, me percato de la espada que trae consigo. Siento una gran fuerza y poder dentro de ella. Atemorizante luce, con ese vestido mojado, amoldado a su cuerpo perfecto, esos ojos que prometen darlo todo por su objetivo, esa tiara brillante que la asemeja a una diosa.
Literalmente, toda ella brilla como la estrella más bella de la noche. Cuando todo su cuerpo yace fuera, me percato de la espada que trae consigo. Siento una gran fuerza y poder dentro de ella. Atemorizante luce, con ese vestido mojado, amoldado a su cuerpo perfecto, esos ojos que prometen darlo todo por su objetivo, esa tiara brillante que la asemeja a una diosa.
―Has
hallado la espada que tiene tu poder y tu coraje, Katya ―se
escucha de algún rincón del lago.― Debes darle un nombre y
hacerla parte de ti, para que luche al lado tuyo por el bien de
todos. Si la aceptas con amor, ella hará lo mismo contigo. Nunca lo
olvides.
Con
cada palabra, la esencia de mi amiga se hace más y más fuerte,
más y más brillante. Sin poder creer lo que ven mis ojos, espero en silencio que el rito se selle.
―Te
acepto con amor, gratitud,
como una bendición. Te serviré como tú a mí, con idéntica
devoción. ―Cada sonido articulado parece una canción que solo yo
entiendo, convirtiendo la mitad de su rostro en un contrato
viviente, marcas que dejan huellas del pacto que se hacen―. Tu
nombre será Sgòthan.
El
trato está cerrado, el contrato yace escrito en su rostro,
mientras que la espada le da la bienvenida con su poder. Katya
sonríe, la empuña, la mueve de un lado para otro, hasta cuando
sus esencias se hacen una.
Mi
amiga cae al agua y la espada desaparece en el acto. La ayudo a
salir,tomándola por el brazo. Una ráfaga de calor nos golpea de
tal manera que nos sentimos protegidas, nuestras ropas se secan de
inmediato. Sí, esa noche por fin descansaremos.
Este
día encontramos la iniciación de Katya como guerrera. Lo hemos logrado. Ahora soy yo quien necesita encontrar mi camino, mi
virtud, mi ascensión. Seguramente me encuentro a mitad de camino. Lo
conseguiré. No cabe duda alguna.
Derechos Reservados
Dayana Rosas
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