ESE DÍA TAN ESPECIAL

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ESE DÍA TAN ESPECIAL





Ese día no sabía lo que hacía, pero su mirada, su pelo, su cuerpo me cautivaron y me llamaron. No podía negarme. Su cuerpo me necesitaba, como el mío el suyo. Me acerqué lentamente, tomó mi mano y me llevó a una estancia hermosa, parecía una nube, con velas encendidas, dándole al lugar un aura distinguida y apacible.

Nuestra primera vez, llena de pasión y romance. Ese iba a ser mi regalo para él. Entregarme por completo. Muchos días, noches, horas, hemos pasado juntos, necesitándonos, pero solo hoy descubro lo importante que es para mí y la necesidad que siento por él. Todo estaba claro ya, allí debía estar.


Me dejé llevar por sus besos, sus manos. Quitó mi camisa, se sacó la de él, mi falda y mi ropa interior las bajó a media pierna. Arrodillado, me sostuvo completamente, mi cuerpo se arqueó para dejarlo hacer lo que quisiera. Sentí sus manos en mis glúteos, me encantó, su otra mano en mi cuello, diciendo y mostrándome que era suya, que me deseaba. Su boca absorbía la mía. Pura sensación, puro placer, puro amor.


Esa noche nos dimos una y otra vez al otro, la conexión que existía entre los dos era poderosa.

Aún hoy, cuando lo observo, mi corazón late y mi cuerpo reacciona. No hace faltan palabras, solo con nuestras miradas sabemos que nos tenemos. Siempre, en su cumpleaños, espera su tan ansiado regalo: Yo. Sin vergüenza, me descubre, lo descubro, en este día tan especial: su cumpleaños.



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Dayana Rosas S. G.

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