PASIÓN

Sentada en el cine justo al lado de él. ¡Madre mía, qué suerte la mía! Exactamente en el beso de amor, el beso de pasión tengo que voltear a verlo. Él está observándome, ¿por qué? Sus ojos son intensos, sabe que me intimida y le divierte. Pero en esos momentos no aparto la mirada, eso lo sorprende. Solo lo miro, sus ojos, su boca, su cuello. Mi deseo de pasar mis labios por él no son normales.

Se acerca a mí, su olor me encanta, su respiración, su contacto.

―Sigue mirándome así y no voy a poder contenerme. Hace mucho...

Tengo ganas de besarlo, de tocarlo. Y lo hago. Mis labios tocan los suyos, algo insegura. Me responde con ardor, empieza a rozarme sin control y yo a él. Un ruido nos saca de nuestras sensaciones y volvemos a nuestros puestos con la respiración entrecortada. Su mirada promete la continuación necesaria. ¡Ojalá, eso quiero!

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Dayana Rosas S.G.