IRONÍAS
DE LA VIDA
Observé
a aquella chica mirar hacia el cielo, con su rostro hermoso, pero
suplicante. Respiraba honda y apaciblemente, como si implorara a los
más altos cielos. Mi curiosidad me pudo, como siempre, y me acerqué
a ella.
─Chica,
¿estás bien?
─Perfectamente,
gracias por preguntar ―respondió, divertida.
─¿Entonces
por qué miras al cielo y suplicas?
─Jajajajajajaja.
No suplico. Admiro, me libero, agradezco y me lleno de vida con el
sol. Es vida, ¿sabes? Deberías hacerlo también.
Me
sonrió, se dio la vuelta y se fue. Sus palabras me parecieron tan
ilógicas. . . Luego pensé: ¿y si es verdad? Esas palabras
resonaron en mi cabeza dos semanas seguidas. Y adivinen qué. Le hice
caso. Ahora, miro al cielo y me libero en su inmensidad. Ahora es a
mí a la que preguntan ¿qué te pasa? Ironías de la vida, ¿no?
Derechos
Reservados
Dayana
Rosas
Para pensar Dayana, muy bueno...
ResponderBorrarMuchas gracias, mi Alejo. ¿Verdad que sí?
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