LUNA
Amís
siempre dormía junta a Luna, su hermosa gata. Le encantaba. Decía
que Luna era mágica. Que le hacía soñar cosas hermosas y
maravillosas, que aprendía mucho en sus sueños, que la hacía
conocer lugares y personas hermosas; inclusive decía que ya sabía
quién era su amor. . . Por eso, el día que atropellaron a su
gatita, la inmensa soledad y vacío la superaban. No quería dormir.
Pasó tres días sin descansar por temor a tener pesadillas y a
descubrir que de ella no iba a despertar jamás.
Irremediablemente,
al tercer día cayó extenuada en su cama. Descansó, descansó y
descansó. Soñó, soñó y soñó. Su hermosa gata todavía seguía
y siempre seguiría con ella. Era parte de su alma, y en ella se
quedaría.
Hoy
es novia del hombre que le presentó Luna en sus sueños. Amís
siempre le hablaba de él, hasta cuando un día se lo presentó. Poco
tiempo después, lo conoció en una fiesta y quedaron flechados para
siempre. Y lo más extraño, él también conocía su querida gata,
Luna.
Derechos Reservados
Dayana Rosas
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