EL BOSQUE DE LA PEREGRINACIÓN
UN
NUEVO COMIENZO
Dos
criaturas hermosas están dispuesta enfrente de nosotras. Las
observamos detenidamente. Una tiene el pelo negro como la noche, ojos
brillantes como las estrellas y en su rostro, una inscripción como
la de Kayta; la otra, cabellos marrones claros, recogidos en un bello
moño, ojos grises y dos alas color tierra húmeda.
―Sí,
es exactamente como lo estáis pensando ―dice
la de alas.― Mi nombre es Moneta,
protectora de los secretos de este bosque, nuestro gran amigo.
―Me
presento a vosotros. Kikamora. ―Intercambia
miradas con Moneta y sonríe―.
Guardiana y protectora de Moneta.
―Mucho
gusto. ¿Pero por qué se nos presentan a nosotras? ¿Qué necesitan
de nosotras? ―pregunta
Katya.
―Creo
que lo sabemos, amiga ―le
respondo, cuando tomo su mano.
―Así
es, Midan. Lo saben. Nuestro turno ha terminado aquí, ahora seréis
ustedes las que sigan con esta misión, que les llevará más allá
de lo que conocen. ―Kikamora
nos sonríe plácidamente.
―Deberemos
pasar nuestros conocimientos a ustedes. Tomen sus manos y, luego, las
unen con nosotras. Cierran sus ojos y repita después de nosotras
―nos indica Moneta.
Así
lo hacemos. Un canto se empieza a escuchar, el viento empieza a
surgir entre nosotras, levantando las hojas dispersas en el suelo.
Luego, algo extraño sucede. La mente de Katya y mía se convierten
en una, lo que ella percibe, lo hago también yo. Imágenes empiezan
a surgir, posiciones, palabras, rituales, canciones, oraciones,
seres, seres y más seres. Como un bombardeo de información en
nuestras mentes. Vemos lo que ellas han vivido, lo que ellas saben y
su objetivo dentro del Bosque mágico. Al fondo, se escuchan risas,
vitoreos, silbidos de alegría.
Cuando
abrimos volvemos a ver, el bosque entero está en nuestra presencia.
Personitas de diferentes tamaños, colores, nos rodean. Escucho como
Katya se ríe de la emoción, estupefacta de lo que sus ojos ven.
Cuando Moneta y Kikamora se desvanecen, escucho sus nombres
pronunciados con amor y cariño. En nuestras mentes un <las
esperamos en la otra dimensión, cumplan su propósito, lleguen a
donde nosotras no>. Ambas asentimos y vemos como desaparecen, como
van camino hacia un lugar que nos espera.
Rápidamente
vamos catalogando a cada ser, a cada mariposa, a cada saltamontes, a
cada flor. Quedan grabadas en fuego en nuestras mentes. Sus
historias, sus deseos, sus deberes y sus necesidades. Saben a lo que
vinimos, que estarán protegidos con nosotras; pero lo más
importante, que la batalla comenzará. Un nuevo inicio entre el bien
y el mal. La verdad escondida en la tierra del Bosque Mágico. Un
rugido se oye en todo el bosque, estruendoso, de temer.
―Gracias,
amigo. Nos sentimos bienvenidas a este tu hogar ―le respondo.
―Esperamos
su comprensión, es nuestro principio. Estamos a su cuidado.
Los
reverenciamos. Así comienza nuestra nueva travesía. Muchas cosas
pasarán, acontecimientos que vendrán, pero todos encontraremos la
solución. El secreto debe permanecer.
Derechos Reservados
Dayana Rosas
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