MI ÁNGEL DORADO
La soñé hoy, de nuevo, a ella. Nunca he escuchado de ella,
menos la he visto; aun así, parece cada noche en mi mente, en mis pensamientos.
Pero no como cualquier sueño. ¿Cómo viene a mí? Un Ángel dorado, hermoso,
vestida delicadamente, con unas alas hermosas, pura energía y luz contenida en
una forma.
Me intriga lo que me quiere decir. No es un Ángel cualquiera.
Está inmersa en una galaxia, alrededor de muchas estrellas, pero solo una es a
la que guarda, la que tiene en su mano. Y yo la observo, me maravillo. La mira
como si fuera su hija. Posa su mirada sobre mí, hace que vea la estrella y ríe
esplendorosamente.
Mis lágrimas brotan, ella las
enjuaga y toca mi nariz con su inmenso dedo. Me dice algo que no entiendo, pero
siento. Ahora no logro seguirla, pero creo que intenta decirme que debo velar
por esa estrella. Pero no sé cuál es ni qué debo hacer. Cuando sepa cómo se
llama, lucharé con cuerpo y alma para protegerla. Así, solo así podré
conocerla.
Derechos Reservados
Imagen Internet
Edición Dayana Rosas
Es un bonito sueño, muchas veces ni siquiera nos acordamos de ellos, tal vez algún detalle.
ResponderBorrarGracias, mi Tony. Pues la mayoría de mis sueños son vívidos y por esa razón los recuerdo. Los más impactantes jamás se me olvidan.
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