SIMPLEMENTE A SU LADO VI

No Comments

SIMPLEMENTE A SU LADO

PARTE VI

Lo veo tan cerca de mí, todo se agita y se acelera. Corro hacia el comedor y me escudo con la mesa. Su mirada es iracunda. Jamás lo había percibido de tal manera, no parece él, o quizás siempre lo ha sido y nunca me he dado cuenta. Me persigue, pero no me alcanza. Se me ocurre irme al baño, tengo suficiente espacio para llegar, así que me lanzo hacia allí. No me percato de la perra, y se mete entre mis piernas, haciéndome caer. ¡No puede ser!

No tengo que esperar mucho tiempo para que Tomás se aferre y apriete mi brazo, me levante de un tirón del suelo. Me zarandea una y otra vez, pero no me golpea ni nada. Pensé que lo haría. 

―No hagas eso otra vez, Lorena. No quiero hacerte daño, pero de aquí no te vas hasta cuando sepas que eres mía. ¿Entiendes?
―No quiero, no quiero. Déjame ir.

Niega con la cabeza, me abraza fuerte, pretendiendo besarme. Lo muerdo fuerte, negándome a hacerlo. Me empieza a tocar y siento cómo se va excitando. ¡Dios, pero qué locura! Trata que subirme la camisa, sin encontrarlo. No lo dejaré tocarme.

Fastidiado de mis negativas y mis rechazos, me arrastra hasta su cuarto. Me resisto, tirándome en el suelo. No le importa ni un poco, me toma de la mano y sigue su camino. En el umbral de la puerta del cuarto, todo me dice que estoy perdida. Este hombre mancillará mi cuerpo por toda la vida y la deshonra caerá en mí. ¿Esto es lo que debo pagar por ser mala mujer? Me niego a creerlo.

Como por arte de magia, el timbre suena. Tomás se detiene de golpe, pero no responde. Luego,  el sonido se escucha varias veces más, sin detenerte.

―¡Mierda! ―exclama.

Me suelta del brazo, camina hacia la puerta y abre. Escucho que habla con un hombre, aunque no puedo decir con quién. Corro hacia la sala, tomo mi bolso, mi chaqueta. Me dirijo hacia donde están. Choco contra el cuerpo de Tomás, buscando que me dé espacio para salir. El solo hecho de tocarle me da náuseas. El golpe lo tambalea y me deja salir. ¡Por fin, afuera de este infiero! No me percato de quién es la otra persona, solo escucho la pregunta lógica: ¿qué le pasa?

Derechos Reservados
Imagen sacada de una película
Edición Dayana Rosas
Autora Dayana Rosas S. G.

0 comentarios

Publicar un comentario